lunes, setiembre 17, 2007

malacostumbring


A partir de hoy, bueno, teoricamente a partir del 15, o sea sábado, o sea a partir de hoy, lunes, entra en vigencia una nueva ley de regulación de circulación de vehículos, en el que se hace especial hincapié en las bicicletas. Hoy leí que además en parte por culpa del novedoso y supuestamente exitoso sistema del bicing que puso a rodar el Ajuntament este año, es que se apura la ley esta, que no deja de ser bastante objetable.

Barcelona quiere presumir de ser la ciudad española más europea y lo hace sobre todo en la explotación de la imagen y muy pocas veces en el fondo. Cuando recién llegué se acababa de inaugurar el tranvía, como un ejemplo de transporte ecológico. Muy simpático y cómodo el bicho, pero habría tenido más sentido si éste atravesase toda la ciudad a lo largo de la misma, por la Avenida Diagonal, y no estar en la misma avenida partido en 2, con un gran hueco al medio, dando preferencia al que sigue siendo el rey: el automovil particular.

Y ahora viene la promoción del uso de la bici. El bicing no es otra cosa que un servicio de bicicletas al cual se accede con una tarifa anual bastante accesible y con una tarjeta con la que se puede sacar bicis de un estacionamiento y devolverlas en otro que esté cerca del destino del usuario, en un tiempo no mayor de 30 minutos. He de reconocer que en principio miré el asunto con distancia y finalmente me decidí a inscribirme pensando en las posibles visitas, con lo que les aseguraríamos un transporte gratuito y simpático en sus estancias. Y al final hemos terminado usando el servicio nosotros mismos. Pero claro, tiene fallos.

Para empezar, el área de servicio se reduce solo al centro de la ciudad, léase Casco Antiguo y Ensanche, quedando fuera distritos emblemáticos como Gracia, Les Corts o Poble Nou. Además de eso, las estaciones de la parte superior de la ciudad están por lo general con escasas bicis disponibles, mientras que las próximas a la costa o las más céntricas están llenas. Entonces no hay bicis suficientes para quien quiere bajar y si luego uno baja es probable que tampoco encuentre lugar donde dejar la bici. Hay camionetas reponedoras, pero suelen ser insuficientes. El otro día se nos ocurrió jugar a ver a quién le dejábamos estacionar. Salíamos del cine a mediodía un domingo y en uno de los estacionamientos más saturados había 5 personas esperando a que alguien se digne a sacar alguna bici y así ellos poder dejar las suyas. Preferían esperar ahí bajo el sol estoicamente en vez de irse cuatro calles más allá donde seguramente habría espacio. Roos y yo paramos la marcha y nos sentamos en una banca a observar, retrasando el regreso a casa, solo por ver las reacciones de los ya mencionados. Crueles, ya sé.

A esto otro le sumamos los errores en el sistema que ocurren a menudo, como desconexiones de red o, mi favorito, el sistema mentiroso. Uno llega feliz de la vida viendo que quedan 2 o 3 bicis libres pone la tarjeta y la pantalla le dice que no hay bicis disponibles. En otras palabras lo que uno ve son hologramas, engaños de su imaginación.

Volviendo al tema, la reglamentación anti-bicis en cuestión tiene entre varias de sus gracias prohibir que uno ate la bici a un árbol o mobiliario urbano que no sea los estacionamientos reglamentarios que ahora han aumentado en cantidad considerable, pero aún insuficiente para la cantidad de ciclistas que circulan en la actualidad. En fin, esa puede pasar, aunque no deja de ser una razón meramente estética. Queda feo una bici encadenada a una banca o un árbol, pensarán. Pero la peor de todas es la que obliga al ciclista a circular por la derecha (hasta ahí vamos bien) a menos que en la calle haya un carril bus. En ese caso la bici debe circular a la izquierda del mismo. Traducción: Le toca a la bici ir al medio de la calzada, con autobuses y taxis a la derecha y motos y autos varios a la izquierda, convirtiendo al ciclista en el perfecto relleno de un sandwich ¿Se habrán detenido un rato las autoridades municipales a pensar en esta ley? ¿Habra algún ciclista entre ellos? ¿Hará falta que haya accidentes para que rectifiquen? Mucho bicing, nuevos parkings y demás y lo más importante, los carrilbicis, siguen igual desde hace años, incompletos, insuficientes y, hasta algunos, mal trazados. Yo la ley esa la estoy cumpliendo hasta ahora, por más que da una sensación extraña ir al medio. Supongo que luego de manejar la bici por tantos año en Lima (donde sí que es temerario ir a pedales) me debe haber servido para estar bastante curtido al respecto.

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