martes, noviembre 13, 2007

Madrid, Madrid (parte 2)


- Perdoname, vos sos de aquí?
- No

Una señora mayor con las gafas en la punta de la nariz y de mirada cansada recibe la respuesta como un punto a favor, acercándoseme un tanto más y bajando un poco la voz.

- Decime, vos sabés de arquitectura?
- ... (momentos de duda) si (con poca convicción)
- Es que le estoy buscando un libro a mi hijo que es arquitecto, viste? Y no sé si me podrías orientar

En esos momentos ya me había hecho del penúltimo número de la 2G, dedicada íntegramente a la obra de Eduardo Arroyo y no dudé en mostrársela añadiendo:

- Si lo que busca es arquitectura española contemporánea, yo creo que éste es su mejor exponente.

La hojea con desprecio y luego me aclara que ella busca otra cosa, que su hijo lo que hace son remodelaciones de viviendas y cosas similares. Fin de la conversación.

Esto no tuvo lugar en Madrid, si no más bien en la sección de arquitectura de la FNAC del Triangle de Barcelona, y me ocurrió poco antes de viajar. Me hubiera gustado incluir un trabajo de Arroyo en esta sección, pero ocurre que lo poco que tiene construido está en su tierra de origen, el País Vasco, por más que su oficina la tenga en Madrid, que tuve la oportunidad de visitar años atrás, con la excusa de orientación para visitar las obras, cuando yo más bien lo que quería era husmear el laboratorio, bastante reducido y que en su momento no eran más que 2 personas y unas 4 computadoras. Un periplo similar me llevó también a las puertas de Abalos y Herreros, aunque en este caso con cita previa, gracias a las migas hechas por mi antiguo jefe con Iñaki Abalos, una de las cabezas del estudio. Allí la actividad se veía mayor y un muy servicial y atento Iñaki me dio las indicaciones para que me dejasen entrar en la obra de la Biblioteca de Usera, que al final no tuve tiempo de visitar. Hasta ahora.

Antes de ello y casi por casualidad, nos dirigimos hacia el pabellón de gimnasia del Parque Retiro, también de esta gente, que ya en proyecto no me entusiasmaba mucho, en persona tampoco. La mayor gracia del mismo consistía en tener una (o más de una?) cancha de tenis descubierta en el techo del gimnasio. Aparte de eso, la cosa pasaba bastante desapercibida. Bueno, tal vez esa fue la intención. Por cuestión de agenda, la visita a Usera me quedó para el último día de estancia y la impresión en este caso si fue positiva. Con un claro bajo presupuesto, y en un parque donde el público es mayoritariamente de tercera edad (hasta zona de ejercicios tienen), el paralelepípedo encuentra su sitio, serial y limpio, solo roto por los planos de concreto que se abren cual puertas, que por dentro posibilitan las inmejorables vistas desde las salas de lectura. Una lástima que la ruta de su obra no la hubiese podido seguir con la visita a la Plaza de Colmenarejo, bastante más lejos de mis cálculos iniciales.

Como el día tocó de bibliotecas, la siguiente parada fue el Archivo General de Mansilla y Tuñón hermana en racionalidad a la anterior expuesta, pero opuesta en lo que a presupuesto se refiere. Bastaba nomás ver las puertas machihembradas de bordes de acero inoxidable, incluso en los baños. Nota en contra que una mujer-sargento te indique de malas formas que con mochila no se puede entrar. Y una pena poder recorrer únicamente la biblioteca, que es tan solo una parte de un complejo bastante mayor, con ese recubrimiento en u-glass como elemento unificante. Y si de Abalos y Herreros hablaba de lo alejado de Colmenarejo, acá tocará lo propio si hablamos de la Musac. Trasladarse hasta León ya hubiesen sido palabras mayores. Aunque la obra ya de por sí puede justificar un desplazamiento de ese tipo.

Ultimas horas y últimas fotos, con motivo del T4 de Richard Rogers. Si me dicen que elija a alguno de los divos del hight-tech, me quedo con este señor, al que pongo sin dudarlo por encima de Foster y el horrible proyectil que le hizo a Londres, o Renzo Piano y sus despóticas leyes impuestas al que quiera entrar a trabajar con él. El no te paga, tu le tienes que pagar a él por el honor que esto significa. Hecha la aclaración, el de turno es un terminal de aeropuerto como pocos, que ayuda a llevar mejor las esperas. Si miro esto y lo comparo con lo que será el nuevo Terminal Sur de Barcelona, en el cual me tocó trabajar en algo nada arquitectónico, no puedo si no apenarme. Habrá que verlo terminado, es cierto, pero luego de haber visto planos y bocetos, puedo constatar que hoy en día si se ve a Ricardo Bofill al frente de un proyecto, esto será sinónimo de naúseas.

lunes, octubre 22, 2007

Madrid, Madrid (parte 1)

No, ya está claro que no lo iba a hacer. Esta peregrina idea de iniciar un segundo blog, bueno un tercero (si cuento el que tengo compartido) dedicado a mis incursiones en búsqueda de arquitectura contemporánea no iba a prosperar. A duras penas tengo este segundo, que no lo actualizo como debiera. Así que mejor agregarle un tema más al sancochado que aquí mantengo.

Hace poco estuvimos por Madrid, como parte de un corto viaje que también nos llevó por la isla de Mallorca. Viaje que supo un poco a despedida, al coincidir por fecha con mis últimos días en la península. Y me tocó volver a Madrid luego de 5 años, momento en el cual iba de mochilero y esa ciudad me salió de inicio de recorrido. En esa primera y satisfactoria visita pude hacer un primer recorrido de obras recientes, el cual incluyó un par del dúo Sancho y Madridejos, ambos a las afueras de la ciudad, unas piscinas de Mansilla+Tuñón, la estación de Atocha de Moneo y alguna que otra cosa más que no recuerdo.

Esta vez nos instalamos en casa de unos amigos venezolanos ubicada en Las Tablas, en la zona norte, cerca a Alcobendas, a 1 hora en metro del centro, para que se hagan una idea de lo que se ha extendido esta ciudad. Así que el recorrido empezó al día siguiente, luego de un decepcionante vistazo a lo que Jean Nouvel le ha hecho al Reina Sofía. Uno no se explica cómo algo que tenía tan buena pinta en maqueta pueda haber terminado en un producto tan tosco. Nouvel, pues. Pero al menos el moverme por ahí me llevó a toparme de pura casualidad con la que parece ser la obra estrella del dúo Herzog & De Meuron, el nuevo Caixa Forum de Madrid, que por más que no está terminado, ya se puede empezar a saborear. Como se vé, a una construcción antigua le han sacado el zócalo, y le han hecho la estructura de tal forma que el armatoste se sostiene en unos pocos pilares, dando la impresión que todo flota. Y en el remate le han puesto la chapa perforada/oxidada, a manera de imitación formal de los tejados vecinos. Me emociona menos el muro verde que cierra la plaza de acceso, que tal vez tendría más gracia si la vegetación continuase en la explanada. De todas formas el ver el bicho terminado es casi una razón suficiente para volver en un futuro.


La visita arquitectónica continuó un par de días después, ya que en medio nos quedó el viaje a Toledo. Esta vez la meta era visitar el edificio de viviendas de MVRDV en San Chinarro, que parece ser parte de un plan aplicado también en otros distritos "nuevos" de la ciudad, este de traer arquitectos de renombre para el diseño de edificios de protección oficial. Supe, por ejemplo que había otro de Morphosis en Carabanchel, el cual no tuve tiempo de visitar. Así que con ayuda de nuestro guía Chiquilín nos adentramos en la zona norte residencial, que claro, tonto yo, no me había dado cuenta que quedaba a muy corta distancia de donde estábamos alojados. Desembarcamos del autobus al divisar al frente el portal aquel con el agujero al medio, que tanto nos hace acordar a aquel edificio de la palmera y la piscina, obra ochentera de Arquitectonica y que servía de imagen en los créditos iniciales de la serie Miami Vice. Nos habían contado que no se podía acceder al espacio en cuestión, la guinda de esta gracia del estudio holandés, pero, como buenos peruanos, procedimos a colarnos, aprovechando el descuido de unos infantes que jugaban en el terral del frente y que dejaron la puerta de la calle abierta. El siguiente paso fue descifrar en que piso se encontraba el coso, algo que nos tomó 2 o 3 pruebas antes de dar con la puerta enrejada que daba a este exterior/interior y que, claro, estaba con llave. No problem, 1 piso más arriba dimos con una ventana a media altura que nos sirvió igual de acceso a este espacio que al perecer los vecinos no le ven mayor gracia que la excusa de los visitantes con gustos arquitectónicos para meterse en su propiedad comunal. Y habrá que ver también como son los depas por dentro. Pero igual está bacán ¿O no? Al lado del mismo y con más bien un perfil bajo esta otra obra de los mismos MVRDV que no deja de tener gracia. Un gran bloque de viviendas que se enrolla alrededor de un gran espacio común. Ahí si no nos metimos.

lunes, setiembre 17, 2007

malacostumbring


A partir de hoy, bueno, teoricamente a partir del 15, o sea sábado, o sea a partir de hoy, lunes, entra en vigencia una nueva ley de regulación de circulación de vehículos, en el que se hace especial hincapié en las bicicletas. Hoy leí que además en parte por culpa del novedoso y supuestamente exitoso sistema del bicing que puso a rodar el Ajuntament este año, es que se apura la ley esta, que no deja de ser bastante objetable.

Barcelona quiere presumir de ser la ciudad española más europea y lo hace sobre todo en la explotación de la imagen y muy pocas veces en el fondo. Cuando recién llegué se acababa de inaugurar el tranvía, como un ejemplo de transporte ecológico. Muy simpático y cómodo el bicho, pero habría tenido más sentido si éste atravesase toda la ciudad a lo largo de la misma, por la Avenida Diagonal, y no estar en la misma avenida partido en 2, con un gran hueco al medio, dando preferencia al que sigue siendo el rey: el automovil particular.

Y ahora viene la promoción del uso de la bici. El bicing no es otra cosa que un servicio de bicicletas al cual se accede con una tarifa anual bastante accesible y con una tarjeta con la que se puede sacar bicis de un estacionamiento y devolverlas en otro que esté cerca del destino del usuario, en un tiempo no mayor de 30 minutos. He de reconocer que en principio miré el asunto con distancia y finalmente me decidí a inscribirme pensando en las posibles visitas, con lo que les aseguraríamos un transporte gratuito y simpático en sus estancias. Y al final hemos terminado usando el servicio nosotros mismos. Pero claro, tiene fallos.

Para empezar, el área de servicio se reduce solo al centro de la ciudad, léase Casco Antiguo y Ensanche, quedando fuera distritos emblemáticos como Gracia, Les Corts o Poble Nou. Además de eso, las estaciones de la parte superior de la ciudad están por lo general con escasas bicis disponibles, mientras que las próximas a la costa o las más céntricas están llenas. Entonces no hay bicis suficientes para quien quiere bajar y si luego uno baja es probable que tampoco encuentre lugar donde dejar la bici. Hay camionetas reponedoras, pero suelen ser insuficientes. El otro día se nos ocurrió jugar a ver a quién le dejábamos estacionar. Salíamos del cine a mediodía un domingo y en uno de los estacionamientos más saturados había 5 personas esperando a que alguien se digne a sacar alguna bici y así ellos poder dejar las suyas. Preferían esperar ahí bajo el sol estoicamente en vez de irse cuatro calles más allá donde seguramente habría espacio. Roos y yo paramos la marcha y nos sentamos en una banca a observar, retrasando el regreso a casa, solo por ver las reacciones de los ya mencionados. Crueles, ya sé.

A esto otro le sumamos los errores en el sistema que ocurren a menudo, como desconexiones de red o, mi favorito, el sistema mentiroso. Uno llega feliz de la vida viendo que quedan 2 o 3 bicis libres pone la tarjeta y la pantalla le dice que no hay bicis disponibles. En otras palabras lo que uno ve son hologramas, engaños de su imaginación.

Volviendo al tema, la reglamentación anti-bicis en cuestión tiene entre varias de sus gracias prohibir que uno ate la bici a un árbol o mobiliario urbano que no sea los estacionamientos reglamentarios que ahora han aumentado en cantidad considerable, pero aún insuficiente para la cantidad de ciclistas que circulan en la actualidad. En fin, esa puede pasar, aunque no deja de ser una razón meramente estética. Queda feo una bici encadenada a una banca o un árbol, pensarán. Pero la peor de todas es la que obliga al ciclista a circular por la derecha (hasta ahí vamos bien) a menos que en la calle haya un carril bus. En ese caso la bici debe circular a la izquierda del mismo. Traducción: Le toca a la bici ir al medio de la calzada, con autobuses y taxis a la derecha y motos y autos varios a la izquierda, convirtiendo al ciclista en el perfecto relleno de un sandwich ¿Se habrán detenido un rato las autoridades municipales a pensar en esta ley? ¿Habra algún ciclista entre ellos? ¿Hará falta que haya accidentes para que rectifiquen? Mucho bicing, nuevos parkings y demás y lo más importante, los carrilbicis, siguen igual desde hace años, incompletos, insuficientes y, hasta algunos, mal trazados. Yo la ley esa la estoy cumpliendo hasta ahora, por más que da una sensación extraña ir al medio. Supongo que luego de manejar la bici por tantos año en Lima (donde sí que es temerario ir a pedales) me debe haber servido para estar bastante curtido al respecto.

viernes, agosto 17, 2007

En el dolor hermanos

Tengo recuerdos borrosos de la única vez que visité Pisco. Tendría menos de 10 años y fui acomplándome a Tito Flores Galindo y su familia. El desaparecido historiador fue como un tío adoptivo para mi por mucho tiempo. En cada viaje que hacía me traía legos (mi obsesión en aquella época) y libros de aventura (que nunca me gustaron, lo he de admitir). Seguramente fuimos a ver algún museo o algo similar. Pero yo solo tengo fogonazos de recuerdos. Su infaltable escarabajo celeste con las lunas traseras abovedadas, que se pusieron un poco en boga por aquel entonces, en el que fuimos hata allí. Recuerdo un intento de robo o robo consumado, cuando estábamos entrando (¿o saliendo?) de un restaurant, verlo a Tito correr detrás del agresor sin mayor suerte y luego volver. No me acuerdo de la ciudad, ni de la plaza y sin embargo tengo claro haber tomado kola inglesa en el restaurante aquel.

Años más adelante pasé por ahí, en un autobús en pésimo estado y lleno de gente, en mi ruta hacia Arequipa, que sería mi primera parada del primer viaje que hice de mochilero, que duraría 2 meses y me llevaría por Bolivia, Argentina, Uruguay y Chile. De la misma forma pasé por Chincha y por Ica. En Ica mi hermana trabajó por varios años en la siembra de espárragos. Nunca la fui a visitar, pero ella venía religiosamente a Lima cada fin de semana, 4 horas de ida y 4 de regreso. Paracas siempre quise conocer y, por algún motivo u otro, nunca se dio la oportunidad. Aún tengo por ahí una toalla viejísima con el estampado de un flamenco y "Paracas" al lado. Me hubiera gustado estar cerca a La Catedral, aquella formación rocosa que asemejaba un gran arco gótico. Por Nazca pasé también muy rápido. Me pareció casi una broma que haya en el medio de la nada al lado de la carretera un mirador, que más parece la torre de un salvavidas y que dicen solo te permite ver el dibujo del mono.

El otro día veía en el telediario que había ocurrido un terremoto de 5,1 en la escala de Richter, causando daños en algunas poblaciones de La Mancha y que se había sentido incluso en Madrid y Valencia. Yo lo miraba con media sonrisa, diciéndome para mí mismo, temblores (porque terremoto eso no es) los que hay en mi tierra. Un par de días mas tarde el tiempo me da ha dado la razón de una manera macabra.

jueves, agosto 02, 2007

Noches de ollas

Tengo que hacer memoria para recordar el último apagón general que me tocó. Creo que tendría que remontarse hasta inicios de los noventa en Lima, cuando los atentados que Sendero Luminoso hacía se sentían con mayor fuerza en la capital. Bombazo, torre de alta tensión abajo y corte de electricidad. Que casi siempre conllevaba al corte de agua y de allí que los recuerdos más que de las noches a velas sea de duchas con balde y jarrito. La fuerza de la costumbre nos hizo asumir los hechos de forma resignada.

Barcelona, 15 años más tarde: Apagón. Más de media ciudad sin suministro eléctrico. Semáforos e iluminación pública incluidos ¿Sabotaje? No, la cosa es bastante graciosa. Se soltó un cable en una estación eléctrica de la zona oeste de la ciudad y jodió los generadores de la zona este. Las empresas Fecsa-Endesa y la Red Eléctrica Española hasta el día de hoy se echan la culpa mutuamente, que el cable le pertenecía a una, que la otra no hizo caso a fallos anteriores, que el Estado no invierte en Cataluña, que negligencia, etc. En casa nos resignamos a comer pan (la cocina es eléctrica) e irnos a la cama temprano, cuando en eso un ruido lejano nos causó extrañeza. Curiosidad que crece cuando se acerca y constato lo que sospechaba. Gente empuñando y golpeando ollas y sartenes, al grito pelado de "¡Queremos luz! "¡Queremos luz! ¡Queremos luz!". No, no es broma.

La cacerolada se repitió por 2 noches más. A nosotros nos tocó la suerte de tener la luz de vuelta al día siguiente, pero hubo gente que estuvo 3 o 4 días desconectada. Pensemos que la gran mayoría organiza su dieta semanal en base a sus congelados, que ya sabemos a donde fueron a parar, por no mencionar lo que pasó en restaurantes y bares. A servidor solo se le malogró el tofu. Como el freezer del chiste que tenemos por refrigerador (problema de diseño, más no de antigüedad) no congela y se limita a botar hielo, lo que si nos pasó fue tener el piso de la cocina inundado.

Ahora media ciudad funciona en base a generadores temporales de gran tamaño que funcionan a gasolina (traducción: grupos electrógenos), que están puestos por todos lados. Así que si te tocó la suerte, no solo tienes un motor en constante funcionamiento al frente, si no, a veces, hasta humaredas negras que se elevan y crecen de forma alucinante. Y así dicen que estaremos por al menos unos 3 meses, en donde no se descartan que haya más cortes eléctricos.

Hace un año fue el aeropuerto. El personal de tierra entró en huelga súbitamente y bloqueó las pistas de aterrizaje, ocasionando lo obvio. Ahora esto. Y yo todavía sigo oyendo a la gente que reclama "¡Esto parece el Tercer Mundo!".

martes, julio 03, 2007

Colisión en curso

"Señores pasajeros, les avisamos que debido al desacarrilamiento de un tren SIN PASAJEROS el servicio se verá afectado..." Así hacían la acotación, poniendole énfasis al tema del convoy vacío. Puesto de otra forma: "La hemos cagado, pero no tanto". Me sentí de lo más idiota parado en el andén con la bici a cuestas. Hacía muy poco que había encontrado la alternativa ideal para llegar a mi nuevo lugar de trabajo (así es, cambiamos otra vez), sin tener que depender de alguien que me lleve y traiga. Tardaba casi 1 hora, pero tenía su gracia intercalar los trayectos entre el tren y la bici. Por otro lado, ya había visto en las noticias que últimamente el servicio de tren de cercanías dejaba bastante que desear. Incidencias de diversos tipos causaban demoras en las distintas rutas del servicio de RENFE. Pero claro, uno no les presta atención, hasta que te toca.

Casi a tientas desembarqué en Sants, la estación principal de la ciudad, y, una vez en la calle, terminé atrás de una multitud que se arremolinaba en frente de 2 autobuses de turismo, que suplirían la ruta del tren trunca. Esto, por supuesto, sin señalización ni gente que te oriente. Había unos 3 o 4 guardias de seguridad, que eran los que controlaban el embarque de todos los que nos quedamos tirados por la gracia del tren y que conforme pasaban los minutos crecíamos en número alarmante. Mientras tanto me preguntaba cómo diablos meter la bici entre la muchedumbre y poder coger asiento al mismo tiempo. Así que me instalé al lado de una chica presumiblemente estadounidense (pero de bastante correcto acento español) que tenía el mismo problema de la bici a cuestas. Al frente nuestro vimos como un guardia parado en la puerta de uno de los buses le pedía a la gente que hiciera cola mediante gritos. A lo que nadie hacía caso, todos querían subir cuanto antes. El colmo fue cuando el guardia desesperado se dirigió a un tipo que con mucho esfuerzo trepó a la puerta y le obstaculizó el paso, alegando que se había saltado la cola...¿Cuál cola? Al parecer una que solo el guardia podía ver, entre la masa de seres humanos empujándose unos a otros. Adivinen de qué raza era el individuo al que no dejaron subir.

3 o 4 buses más tarde, mi compañera de turno y yo al fin pudimos convencer tal vez al único guardia sensato en el lugar, para poder meter las bicis en la bodega de equipaje y así salir de una vez por todas del barullo. Un tercero en bici se quedó atrás por lento. De esa forma, bastante tiempo más tarde, terminé en la estación de Gavá, una más allá de mi destino. Momento en que agradecí traerme las ruedas, y que además estas sean de una mountain bike. La ruta que hice fue un camino de tierra que seguía en paralelo a los rieles. Así que hasta su gracia tuvieron al final mis 2 horas de tardanza al trabajo. Más tarde vería que lo mío fue simple anécdota, ya que la vía cortada no se reestableció hasta el lunes siguiente, lo cual inplicó que muchas personas perdieran vuelos (la misma ruta llevaba al aeropuerto). Tuvieron que poner a más de 100 operarios para desmontar el tren, vagón por vagón y tener la cosa lista en un fin de semana. Y todo porque al gracioso del chofer no se le ocurrió mejor idea que meterle el queso en una vía de circulación lenta. La vía tenía como límite 30 km/h y el émulo de Fernando Alonso iba a 125. Es que hasta en el tren.

domingo, mayo 27, 2007

Motores

El otro día me fui a transformar mi peruanísimo brevete en un comunitario permiso de conducir. Lo podría haber hecho muchísimo antes. Creo que el convenio se firmó cuando la administración Toledo aún coleaba y a poco tiempo de mi llegada a estas tierras. Por lo que toca decir que conducir nunca ha sido una de mis prioridades, ni aquí ni allá.

No obtuve la licencia hasta los 25. No porque haya sido tan bestia que me la pasé desaprobando la prueba. Nunca tan inútil. Al menos en ese campo. Simplemente antes no tuve la necesidad. Aquella desesperación que asalta a casi todo adolescente cada vez de forma más prematura, para mi pasó desapercibida. Yo siempre (o casi siempre) fui más dado a la bici. Incluso en el caótico y violento tráfico limeño, donde sin miedo me hacía lugar entre combis, taxis y demás engendros. La necesidad de manejar simplemente me tocó cuando me cansé de depender de otras personas a la hora que había que volver a casa luego de la correspondiente noche de fiesta. Y también porque me cansé de tener que soportar al transporte público en trayectos largos.

Por otro lado, el auto siempre lo tuve, ahí al frente, un escarabajo más viejo que yo, que por varios años hizo las veces de maceta, entre mi rechazo y el miedo de mi madre por volver a meterse en el tráfico nuestro de cada día. Así que, ante mis nuevas necesidades, poco a poco lo fui parando y casi sin darme cuenta le fui agarrando cariño. El mismo auto que mi madre recibió de mi abuelo, que mi padre usó con fines políticos (militando) y laborales (haciendo taxi), que fue robado y milagrosamente recuperado. El auto en el cual mi madre nos llevaba al colegio en San Isidro, o a la Herradura tempranito por la mañana los fines de semana. El auto que pasó a ser mi propiedad (al menos a nivel escrito) por decisión de mi abuelo y que con mi ausencia ahora está en manos de mi hermanita, que lo mantiene fit, aunque aún puedo ver la abolladura que un imbécil me dejó de despedida antes de zarpar, no sin antes asegurarme que me lo iba a pagar.

Cuando regresé a Lima el año pasado me sorprendió la cierta facilidad que tuve en volver a utilizarlo. Esto sin contar que mis rutas alternativas se me fueron borrando de la memoria. Y que hasta olvidé por donde se le metía la gasolina! Lo básico lo he sabido mantener. Sin embargo, no me veo cómodo al coger el volante de uno en suelo europeo. Bueno, tampoco lo he intentado. El transporte público en Barcelona, aunque tiene sus bemoles (nada es perfecto), funciona bastante bien. Y en teoría hay intenciones de fomentar el uso de la bici. Pero la mentalidad de la gente por aquí sigue siendo pro-vehículos-quema-gasolina. Basta ver la gran afición que tiene la Fórmula 1 o la moto GP. O por qué el automóvil sigue siendo ese objeto de estatus-felicidad.

El otro día algunos de mis compañeros de trabajo discutían en la sobremesa qué coche les gustaría tener, y cada uno tenía una preferencia bastante clara (marca, modelo, color y sabor). El cuestionario no pasó por mis manos y yo sólo me acordaba de mi muy-muy y me afirmaba que el momento que nos toque conseguirnos uno, que no nos quede otra, tendrá que ser de los de hidrógeno.

sábado, mayo 05, 2007

Cambio de estado

Pues sí. Algunos amigos me lo echaban en cara cuando se enteraban: Tu??? Casándote??? Y, en las vísperas, otros tantos me soltaban a diestra y siniestra "no estás palteado?" "estáis nerviosos?" "are your nervous?" a lo que yo casi siempre respondía "nervioso estaría si estuviéramos en la dulce espera, porque eso SÍ que te cambia la vida" Bueno, año y medio viviendo juntos y otro período similar de relación a distancia, digamos que el matri era el paso siguiente lógico. Y todo lo demás que aquí no pondré que para edulcorados están las telenovelas.

No ha sido todo, pero lo que me invade a la mente son diversos momentos de lo que fue ese grato día, que además coincidió con el Día del Trabajador, feriado en medio mundo, menos en Holanda. Momentos que siguen más o menos así:

- Sebas, mi testigo, único al que mi mujer no conocía en persona y que se vino desde NY con su señora, llegó poco antes de emprender camino al lugar de la ceremonia, así que procedí a presentarlo a la concurrencia, entre las que estaba una de las mejoras amigas y tocaya de Roos (que, dicho sea de paso, no sé por donde andaba), vestida de amarillo y pelo ondulado. Mi estimado no tuvo mejor tino que decirle "Roos... Finally we meet each other" y ocasionar la risa general del respetable. "No, that's another Roos!"

- Rumbo hacia el molino, con la mayoría de inivitados a nuestras espaldas, sorteando las veredas rotas, la tierra y las grúas. Porque con lo que no contábamos es que en estos días había obras en la zona.

- La sonora risa de la tía Sandra, ante cada una de las ocurrencias de la funcionaria que ofició la ceremonia, así como los ecos de palmas que venían de la planta baja. Debido a la escasa capacidad del molino, los invitados tuvieron que estar repartidos en 2 pisos. Así que los de abajo se tuvieron que contentar con ver la transmisión a través de una pantalla.

- El hombre de la cámara de video, apuntándonos luego de la acostumbrada y simbólica puesta en marcha del molino (a cargo de los novios) y exclamándome: "Say hello tu mama!"

- Jolien y Alexey, tocando y dedicándome "I think I need a new heart" (letra aquí) de The Magnetic Fields (bueno, yo se las había pedido, no creo que la banda de Stephen Merritt haya sido muy popular por estas tierras).

- JAC y yo finalmente animándonos, improvisando este set: "Tengo el orgullo de ser peruano" (la gente pedía un valsesito, qué le vamos a hacer), "El fantasma de Canterville" (que antaño tocábamos hasta el hartazgo con el ausente Chato Heston), "Wish you were here" (como pensando en los ausentes) "There is a light that never goes out" (una de las canciones que usé cuando mi relación con Roos aún estaba en ciernes).

- Roos quejándose de lo larga que es "Cheek to cheek" y visiblemente incómoda por ser la única pareja bailando ante las varias miradas curiosas. El equivalente al vals? No por favor, no quiero pensar en eso.

- Tarareaba el solo de boca de "Buscando Guayaba", mientras bailaba con la Chinita y me acordaba de mi viejo. Y la China que se sorprendía que me la supiera de pé a pá cuando ella ni en pelea de perros. Estás segura que tenemos el mismo padre?

- Nuestros vecinos, los colochos, dando clases de cómo se debe bailar salsa, a ritmo de Calle Luna Calle Sol.

- La guitarreada del final, que por momentos parecía un mano a mano entre mi suegro y JAC, a ver quien se sacaba una mejor canción de los Beatles de la manga. Colofón con JAC y yo dándole a Playa Girón, soprendiéndome yo mismo de aún poder llegar a los altos.

Seguro que me olvido de muchos otros. Nos queda algún tiempo más de relax e inusitados días de mucho sol y calor diurno antes de volver. Mi suegro me lo recalca cada que puede, como buen holandés, siendo el clima un tema muy importante por estas latitudes. Y muy probablemente lo sea también para mi, cuando nos mudemos de una vez por todas.

viernes, abril 13, 2007

El banco

Para qué negarlo. Tengo fama de tacaño entre mis amigos. Parece que me la he ganado a pulso. Y eso ha de estar conectado a esta fobia que siempre me han causado los bancos. Desde mis primeras incursiones en el mundo laboral, que por algún u otro motivo me obligaron a abrir una cuenta, debo haber cambiado unas 5 o 6 veces de banco (a ver... Continental, Wiese, Crédito, Sudamericano, Interbank... me falta alguno) en la tierra que dejé atrás. Cuando me daba cuenta que estos usureros cobraban más por mantenimientos que el interés que mis cuatro reales daban, cancelaba la cuenta. Que para perder plata, mejor la guardo bajo el colchón. Creo que la única vez que he tenido un monto más o menos significativo fue antes de irme, y lo invertí casi todo en un Master que luego no terminé. Pero eso es otra historia.

Ni que decir de las compras a crédito. En ese aspecto, una pena que un discurso tan interesante en contra de la banca y sus "servicios", como se muestra en la película "Concursante" (Rodrigo Cortés), naufrague ante el exceso de efectos y sobreactuaciones al por mayor. Perdonen la referencia cinematográfica. No puedo con mi genio.

La mudanza en la península y sus correspondientes trámites de legalidad me obligaron también a abrir una cuenta bancaria, por lo que empecé mi investigación de mercado. Recorrido de unos 8 o 10 bancos con el mismo resultado. Cobros por mantenimiento, tarjeta de débito (por esta se paga, por la libretita no) y otras gracias rimbombantes e interés de risa. O sea, pierdes dinero. Son ellos los que te hacen el favor a tí y a los que les cuesta mucho que metas tus ahorros en sus arcas. Pobrecitos.

Empujado por las circunstancias, me tuve que decidir por el más cómodo y obvio, La Caixa, que tiene cajeros cada 20 metros por toda la ciudad, y cuyo servicio de envío de dinero al extranjero funciona bien (aunque eso aparecería después). Pero también, uno de los que cobra más. Todo esto, y aquí la propaganda involuntaria, hasta que apareció ING direct, con su inusual sistema, a alegrarme el horizonte. Nada de cobros, el mayor interés y encima te devuelven un porcentaje de los recibos que domicilias. Será que son holandeses. No sigo que ya parezco esos monigotes de los comerciales de TV. Va a parecer que me están pagando.

Así que chau La Caixa. Pero cuando ya pensaba que me había librado del acoso bancario, el otro día me tocó cobrar un cheque. Por motivos que desconozco, al cerrar contrato con mi empleador anterior, éste tuvo la genial idea de pagarme el medio mes final por esta vía. Como ya conté en el post anterior no trabajo en una zona muy céntrica que digamos (por no decir en el culo del mundo) y los bancos en España solo atienden hasta el medio día (si, en serio) y sábados ni pensarlo. Cuando vi el loguito del Banco Sabadell en el cheque me dije ¡Qué suerte! Creo que la única agencia bancaria a 500 metros a la redonda de donde trabajo es de esa.

Día siguiente, desembarco del bus y de frente a la oficina aquella:

- Hola, vengo a cobrar un cheque

- A ver... mmm... Este cheque ha sido emitido en otra agencia, así que creo que hay cobro de comisión. Déjeme ver...

- ... (cara incrédula)

- Uf, en la Avenida Madrid (traducción= Barcelona, lejos de aquí, obvio que te cobramos so-estúpido). Le descontamos 3 euros ¿Va a querer cobrarlo siempre?

- ... (cara impotente) (segundos de rápido repase de posibilidades: si no cobro ahora, cuándo? a buscar otro Sabadell cerca a casa, si vuelvo del trabajo todo está cerrado, si voy antes aún no abren, y si decido retrasarme en el trabajo a lo mejor igual está la comisión por lo de la otra agencia...)... eee...

- ¿Entonces?

- ... (cara de bronca) ¿¿¿Es qué acaso no son el mismo puto banco??? (obviamente esto no lo dije)... Pues ni modo. (esto si)

Al fin y al cabo ¿Qué son 3 euros? ...mmm

viernes, marzo 30, 2007

¿Nuevos aires?

No me enteré sino hasta el día de mi mudanza que mi nuevo puesto de trabajo quedaba donde quedaba. Por lo tanto, mi planificación de transporte se vio un tanto alterada. No puedo evitar la manía, siempre que vislumbro algún cambio de rumbo o similar, de revisar el mapa de buses y calcular tiempos y rutas posibles. Así que mientras el taxi me llevaba, disco duro al hombro, después de una ajetreada mañana de trámites en la oficina central (cambio de lugar de trabajo, más no de empleador), me daba cuenta de lo equivocado de mis cálculos. Esa misma tarde comprobaba que la hora y media de viaje de regreso sería algo difícil de tragar.

Felizmente, después de algunas pruebas, encontré la fórmula adecuada para reducir el trayecto a 50 minutos de ida y 1 hora de vuelta, a la que a estas alturas creo haberme acostumbrado. O al menos de eso trato de convencerme. Mis compañeros de trabajo son más prácticos y ya andan buscando ofertas de motos.

La cosa queda por la Zona Franca, antiguo embarcadero de Barcelona, pero ya en el área que corresponde a la pujante L'Hospitalet, el Brooklyn barcelonés, según alguien escribió por ahí. Debido a que se trata de un polígamo, digo, polígono industrial (estoy viendo mucho Big Love) y, a la vez, zona en obras (que es de lo que se trata el proyecto en el que estoy), las formas de llegar ahí son limitadas. Se supone que habrá una estación de metro, pero para cuando la inauguren seguramente ya andaré por otros lares.

El tramo en metro se me pasa más rápido y es cuando aprovecho para leer a Houellebecq. El sistema me funciona ya que en tres semanas casi he terminado "Plataforma". Luego viene aquel lento y poco frecuente autobus, en donde me suelo distraer un poco con el panorama. Pero no sólo el exterior. Tanto así que he empezado a escudriñar a la serie de personajes que me encuentro a la ida y venida, que son casi siempre las mismas caras. Por ejemplo, hay una morena con pinta de brasileña, perfecto acento catalán y novio inglés. El novio no hace el mismo viaje, pero la niña se la pasa hablando en el móvil y medio bus se entera de su vida personal.

La última vez me fijé más en la gorda del pelo lila. Siempre llega fumando. No importa que el bus ya esté abriendo sus puertas, la mujer le dá al menos 2 caladas al cigarrillo recién encendido antes de lanzarlo cual proyectil contra el suelo. Dentro del vehículo por lo general parlotea con una colega. O más bien finge oír, mirando por la ventana, mientras su mano sigue en la misma posición, como si aún llevara el trozo de tabaco humeante entre los dedos. Llegado el destino (que por desgracia es el mismo que el mío), el golpe de aire frío del exterior le produce ipsofacto las ansias de retornar a la acción que cortó justo antes de subir. Yo apuro el paso para que sus humos no me lleguen, solo para avistar, unos minutos más adelante, la entrada al edificio de fachada de chapa perforada una nube de gente a la entrada haciendo lo propio y recibiéndome con sonrisas. Gracias por sus humos. De veras.

jueves, marzo 15, 2007

Por siempre terceros

Me parecía broma. La noticia aquella salió resaltada hace unos días, en periódicos y telediarios. Un estudio del Financial Times decía que los habitantes de otros miembros de la Comunidad Europea colocaban a España en el puesto número uno como lugar para irse a trabajar. Mi compañera de escritorio, proveniente de los alrededores de Nápoles, igual de subcontratada y malpagada que yo, me aclaraba que claro, si el nivel de vida aquí es muy alto (?). Así que el chiste era una cosa generalizada.

Vamos por partes y cucharadas, no hay que ser muy genio para analizar los datos. Por un lado, muchos de los encuestados venía de lugares donde las tienen más verde que aquí, como Italia y Portugal. Otro aspecto hubiese sido el saber que tan bien informados estaban los encuestados respecto a la oferta y retribución laboral en la península ibérica, del fenómeno mileurista (los que reciben 1000 euros o menos de salario neto al mes) o del costo del alquiler, que solo te permite vivir compartiendo depa. No creo que mucho. Se me hace que los puntos favorables a esta tierra fueron más bien por el clima y por la fama de relajo y ambiente fiestero que no en vano siempre ha habido por aquí. Basta ver esos horarios con todas esas pausas, que si el primer café de la mañana, que si el desuyano, que si las 2 o 3 horas de almuerzo, que el café de después de almuerzo, que el de la media tarde, que las escapadas para fumarse el cigarrito. Y los innumerables feriados y puentes a lo largo del año.

Aunque sí, rebuscando un poco más alguna otra razón habrá. Como mi vecina Paulina me acotaba, dependerá del área laboral. Psicólogos y arquitectos, como ella y yo, nones. A menos que sea como el amigo Miyashi, que lo mandan a Barcelona con su sueldo de Japón, además de pagarle alquiler de piso y gastos varios. Así cualquiera. O algún business man de una multinacional, que podría recibir el mismo sueldo aquí o en Inglaterra o Suecia y lo que le deduzcan de impuestos aquí será una minucia (comparativamente hablando) ¡Es que ahí está el kit del asunto! Todos los grandes logros de Aznarín y compañía, de esta "Alta calidad de vida" van a lo obvio, en dirección a los mismos de siempre. Especuladores inmobiliarios por delante.

Una de las tantas cosas que me llamó la atención al llegar aquí (de esto ya hace 3 años) fue que el abrir una cuenta en el banco me dieran una libretita. Para mi fue todo un flashback. Me remonté a cuando tenía 6 y mis padres me regalaron una libretita de cuenta en el continental con X soles (de los de antaño), que me hicieron confiar iluso en todo lo que se convertirían a lo largo de los años. Claro que nunca conté con la devaluación, ni con el cambio al inti, ni con más devaluación aún y el cambio al nuevo sol. Y ponte a buscar si hay por algún lugar recóndito del Perú uno que se acuerde del inti. Y aquí, muy primer mundo y calidad de vida y etecé, siguen haciendo cuentas en pesetas y utilizando libretitas. Más risa me da cuando hay algún caso de violencia, robo, estafa, desorden público en las noticias y el ciudadano español de a pie (y el inmigrante que pretende serlo) espeta sin reparos: "Ni que estuvieramos en el Tercer Mundo". Es que terceros aquí, no, no hay forma.

jueves, enero 18, 2007

Mejor de lejos

Casi me había olvidado. Hoy era el aniversario de la ciudad donde me tocó nacer y vivir buena parte de mi vida. Claro que antes de irme, era una fecha que pasaba, al menos para mí, totalmente desapercibida. Pero hoy, al abrir la página web de El Comercio (que no me hace mucha gracia visitar) y toparme con la conmemoración de la fundación de Lima, en un lejano 1535, a cargo de Pizarro y sus secuaces, que encima de todo tuvieron la gracia de entender "Lima" por "Rímac", me dio una leve sensación de tristeza.

Será que aún tengo muy reciente mi vuelta por tierras patrias, luego de 2 años y medio de residencia en mi nuevo hogar temporal. Ya me pasaba cuando en el telediario salía alguna noticia del Perú y aparecían esas imágenes medio borrosas con el infaltable 24 en una esquina. De la misma manera cuando me tocaba hacer algún trámite en el Consulado, una especie de mini Perú, mientras hacía la cola y me tocaba (por más que no quisiera) oír las conversaciones o discusiones de los asistentes, casi siempre políticas, casi siempre amnésicas (pro Alan, pro Fujimori, etc).

El pisar de nuevo el reformado Jorge Chávez me daba también esa sensación, intensificada aún más después de salir al cielo nublado, al olor a harina de pescado y la recatafila de taxistas tirándose encima ofreciendo sus servicios. A ese reconocimiento le siguió un viaje por avenidas y calles semidesiertas, algo inimaginable si no fuera porque se tratase de un domingo de madrugada. Tal vez la ausencia de gente y autos hizo que resaltase más el escaparate propagandístico en el que suelen transformarse las vías a vísperas de elecciones. Carteles publicitarios de todos los colores, tamaños y sabores, promocionando las virtudes de tal o cual aspirante a alcalde distrital, haciendo siempre énfasis en la caraza gigante y por lo general poco agraciada de los mismos.

Llegando a las comparaciones recuerdo la campaña, también reciente, para la Generalitat en Catalunya y una de las propagandas de Montilla (que a la postre saldría elegido, a pesar que el ganador en las urnas fuera otro, cosas de España) en donde se le veía medio de espaldas y con el rostro oscuro, resaltando casi únicamente sus anteojos. Alguna vez le comenté a alguien aquello que en las papeletas para votar se pueda marcar la cara del candidato, algo que a mi interlocutor le pareció inaudito. Ahí, claro, uno tiene que desgastarse en explicar que los partidos políticos en el Perú se han desprestigiado tanto que son casi un chiste y que cada año se inventan más partidos nuevos, más candidatos "independientes". Finalmente la gente vota por tal o cual persona, muchas veces sin saber qué es lo que ofrecen, si no por mera simpatía al susodicho sonriente. Sonrientes que pueden transformar en poco tiempo esas expectativas electorales en decepciones y reproches. Mucho se dice que si no fuera porque lo tomamos con humor, nos quedaría solo la sensación de tristeza aquella, parecida a la que hoy me hace una rápida visita.